sábado, 14 de diciembre de 2013

Caída del inocente

El fuego de mis ojos y no muestra amor, la venganza no es una de mis armas pero me recuerdan que debo ser precavido. Ya no puedo dar, ni confiar, ya que forma parte de un recuerdo que sellé con lágrimas y sangre, solo creo en mi. Y en algunas retorcidas ideas de supervivencia.

Todo lo bueno del ayer en mi murió, y los vestigios que aún se ven están en agonía, se quedo atrás lo mejor de mi. Esas. Cosas que me hacían diferente y quizás especial fueron causantes de esta evolución forzada pero necesaria.

Me cuesta valorar pues ahora soy pretencioso y quizás veo maldad donde no la ahí, pero me ayuda a ser seguro. El amor no a perdido su belleza pero si el sentido, ya no sirvo para amar por que no confió en el amor. El hombre bueno que ayer hubo desapareció en un mar de lágrimas dejando claro que lo hermoso, puro y verdadero, que formo parte de sus últimos días, destinaron la caída de un inocente.

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